miércoles, 29 de abril de 2009

Lutero o el advenimiento del yo

Esta entrada está a cargo de Maximiliano Loria,
reproduce los puntos principales expuestos en su clase.

1) Es literalmente imposible intentar analizar en este espacio a la Reforma desde un punto de vista histórico. Una multitud de hechos históricos pueden mencionarse como antecedentes de la Reforma luterana; aquí me limito a mencionar dos:
a) Propio de las disposiciones internas de la Iglesia pero con enormes repercusiones tanto políticas y como sociales. Me refiero a lo que se conoce como el Gran Cisma de Occidente, o sea el traslado por alrededor de 130 de la sede Apostólica de Roma a Aviñón. La idea del Papa como único Jefe espiritual de la cristiandad, por encima de una posible multitud de Jefes políticos temporales, había sido durante toda la Edad Media el símbolo más fuerte de la unidad de los cristianos. En contraposición, la realidad de dos Papas (uno en Roma y el otro en Aviñón) afirmándose mutuamente como los auténticos sucesores de Pedro había sido una gran fuente de escándalo para los fieles: la unidad de la Iglesia en torno al Papa no era ya algo inconcebible de ser cuestionado. Otra fuente de escándalo fue la vinculación que durante esa centuria el papado tuvo con la monarquía francesa; se llegó a percibir claramente cómo la supuesta autoridad ‘espiritual’ era condicionada por claros intereses políticos temporales. b) Propio de la vida cultural y social en el que participaron numerosos hombres de Iglesia: El Renacimiento. Así como el Renacimiento significó en el terreno artístico y literario una ‘vuelta a los clásicos’, la Reforma luterana fue un intento de volver al ‘Evangelio’. Se trataba de un regreso a los orígenes ‘más puros’ del cristianismo, de oponer ‘Evangelio’ y ‘Tradición’ eclesiástica (como si no hubiese sido la misma tradición eclesiástica la que hubo de haber determinado cuáles eran Evangelios y cuáles no).
2) Buscaremos entonces comprender, mínimamente, la Reforma luterana no tanto desde un punto de vista histórico, sino más bien desde un aspecto que podríamos llamar ‘teórico- ideológico’ a partir de la reflexión (mínima por cierto) en torno a algunas de sus afirmaciones más importantes, teniendo en cuanta sobre todo aquellas que a la larga pudieron tener alguna repercusión ‘filosófica’. Me limitaré entonces a proponer algunas Tesis sin pretender sostenerlas como verdades inconmovibles sino simplemente como posibles ‘perspectivas’ para comenzar a discutir el tema que nos ocupa.
3) Antes de desarrollar estas afirmaciones, recordemos previamente algunos breves datos biográficos de Martín Lutero: Nació en 1485, en la ciudad de Eisleben y murió en 1546. Fue monje de la orden de San Agustín; se doctoró en Teología a los 29 y ejerció la docencia en la universidad de Witenberg. Luego de su ruptura con la Iglesia se casó con una ex religiosa Catalina Von Bora con la cual tuvo seis hijos. Durante su formación fue notablemente influenciado por la filosofía occamista; de este autor asumió especialmente la convicción de la impertinencia de pretender tratar racionalmente las cuestiones relativas a la Fe.
3) Podría sostenerse que la Revolución luterana es el resultado, no tanto de los escándalos (verdaderos por cierto) producidos por la corrupción moral de gran parte del clero alemán y de la corte papal (recordemos la controversia suscitada por las indulgencias), sino de la crisis espiritual de un monje que (aún siendo sincero creyente fervoroso en su apostolado) renunció tempranamente a librar lo que San Pablo denomina “El buen combate de la Fe”.
4) La Reforma Luterana tiene sus orígenes en una profunda crisis espiritual personal: a) búsqueda de los ‘consuelos sensibles de Dios’; b) noche del espíritu; c) Rechazo de la vida contemplativa propia de sus votos de religioso y entrega total a una vida de acción; d) crecimiento de su inclinación hacia los placeres sensibles propios de la carne; e) renuncia a seguir peleando el combate espiritual por crecer en la vida de la virtud al que invita la Fe.
5) De la experiencia de esta crisis espiritual personal Lutero concluyó lo siguiente: a) la ‘concupiscencia’ es invencible, no se puede vencer la humana ‘inclinación’ hacia el pecado; b) el pecado original corrompió totalmente (adversus tesis católicas que sostienen que el pecado original ‘hirió’, ‘debilitó’, introdujo un ‘desorden’) nuestra humana: la razón está totalmente pervertida y nuestra voluntad nada plenamente bueno puede llegar a hacer;
6) De aquí la principal afirmación de la doctrina luterana extraída, curiosamente, no de los evangelios sino de las cartas paulinas: “El justo vivirá por su Fe”, la cual fue comprendida por Lutero como: “La salvación del hombre viene solamente por la Fe en los méritos de la pasión de Cristo” (explicación de la sentencia y mención de la sentencia de la carta de Santiago); como sostuvimos arriba, toda obra humana aunque aparezca como buena, y nosotros pensemos que así fue hecha, está en última instancia viciada por el pecado. Esto no tiene demasiada importancia, pues si tenemos Fe estamos ya salvados: “peca fuertemente, pero cree más fuertemente aún”.
7) La convicción luterana que sostiene que aún las obras exteriormente vistas como moralmente más perfectas emanan de una voluntad totalmente corrompida pudo haber influido en la convicción kantiana de que es prácticamente imposible conocer si una obra tiene contenido moral, es decir si fue plenamente realizada por ‘deber’ o si en ella influyó alguna subjetiva inclinación.
8) Analicemos más profundamente las implicancias de la noción luterana que afirma a la Salvación como procedente de la “sola” Fe en Jesús. La doctrina Católica comprendió siempre la virtud sobrenatural de la Fe como:“creer es un acto del entendimiento que asiente a la verdad divina por imperio de la voluntad movida por Dios mediante la gracia”
Si bien el creer es un ‘libremente’ realizado por el hombre, la doctrina católica afirma la primacía de la gracia en ese mismo acto (Y la doctrina católica afirma que esa gracia, en potencia, es ofrecida a todos los hombres: Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad en Cristo).
Ahora bien, en la doctrina católica la gracia es comprendida como la vida de Dios en el alma del hombre que ‘eleva y sana nuestra naturaleza’. La virtud sobrenatural de la Fe es entonces un acto libre del hombre, pero podría decirse que es un acto en el que el hombre y Dios ‘intervienen’.
Lutero al renunciar al combate espiritual propio de la fe por la consecución de las virtudes, en contraposición, comprende a la gracia de Dios solamente como la total gratuidad de la salvación: el hombre nada hizo, ni puede hacer, para merecer la salvación (lo cuál es cierto). No hay en esta vida gracia de Dios en el alma que ‘restaure’ nuestra naturaleza; la salvación nos envuelve plenamente como un manto exterior para cubrir nuestra total inmundicia.
9) Si la gracia de Dios no es la que mueve a la Fe, es decir, si la Fe no es un ‘acto conjunto de Dios y el hombre” entonces, o el acto es totalmente de Dios o, el acto es totalmente del Hombre. Y Lutero parece haber sostenido ambas cosas a la vez, lo cual encerraría muy importantes consecuencias.
10) La Fe es una especie de ‘regalo’ de Dios en el que el hombre no interviene para nada; paralelamente, como muchos hombres no tienen Fe, eso implica que Dios regala la Fe a algunos hombres y a otros no y aquí nos zambullimos de lleno en la idea de la Predestinación típicamente luterana: hay quienes están condenados a salvarse y otros que están condenados a condenarse. De aquí surge la idea típicamente protestante de las bendiciones divinas en este mundo como signo de la predestinación.
11) Pero para Lutero, paradójicamente, la Salvación es algo que se le ofrece al hombre y que cada ‘individuo’, sin mediación de Iglesia o ministerio sacerdotal alguno, acepta o rechaza en el fuero interno de su conciencia. Si esto no fuera así, de nada hubiera servido el sacrificio de Cristo pues los predestinados a estar eternamente con Dios en el cielo no realizan ninguna opción frente a ello. Y para la Fe católica Cristo es la opción de Dios al hombre; es el camino, la puerta. (El servo arbitrio que Lutero opuso al libre arbitrio de Erasmo no es el de la capacidad de aceptar o rechazar la Fe sino el de poder combatir o no la concupiscencia que hay en nosotros). Aquí se muestra el individualismo propio del espíritu moderno del que hablamos la semana pasada. Podría sostenerse también que Lutero es entonces un precursor del ya destacado surgimiento de la moderna conciencia individual ‘autónoma’.
12) He aquí una posible simiente del rechazo moderno de la Heteronomía (el rechazo a la Ley que viene de afuera, de la Iglesia en este caso) y el advenimiento de la moderna autonomía predicada posteriormente por Kant. El ‘individuo’ moderno se opone a la idea de ‘persona’ tal como la comprendía la escolástica medieval: el individuo desconfía de todo aquello que venga de ‘afuera’ (llegará incluso a dejar de confiar en su capacidad de conocer el mundo); la persona medieval se siente uno con el mundo, lo que viene de afuera lo enriquece; acepta asimismo la posibilidad de ser ‘conducido’ por Dios (en este caso a través de la Iglesia). Cómo el no hizo la naturaleza acepta la Ley que viene de afuera, del autor de la naturaleza, cuando desea comprender cómo debe conducirse moralmente.
13) Lutero profesó un repudio manifiesto a la filosofía y a la Razón. Lutero fue un profundo anti-intelectualista; ello se vio favorecido por la formación occamista y nominalista que recibió en filosofía.
Sobre Aristóteles dice:
“Aristóteles es el reducto impío de los papistas. Es para la Teología lo que para las tinieblas son para la luz. Su ética es la mayor enemiga de la gracia, es un filósofo rancio, un pillo digno de ser encerrado en un chiquero, es el más astuto corruptor de los espíritus Si no hubiera existido en carne y hueso, no sentiría el menor escrúpulo en tenerle por un verdadero diablo”.
Sobre Tomás dice:
“Nunca comprendió un capítulo del Evangelio o de Aristóteles”
"En resumen es imposible reformar la Iglesia si la teología y la filosofía escolástica no se arrancan de raíz junto con el derecho canónico".
“La Sorbona, madre de todos los errores ha definido, no pudiendo hacerlo peor, que si una cosa es verdadera, lo es para la filosofía y para la teología; es una verdadera impiedad suya haber condenado a los que sostenían lo contrario”.
“la facultad de París es la sinagoga condenada del diablo, la más abominable ramera intelectual que haya aparecido bajo el sol, la verdadera puerta del infierno, etcétera”.
Y no sólo declaró Lutero la guerra a la filosofía, sino, y esencialmente, a la razón. La razón tiene únicamente valor en un orden exclusivamente pragmático para uso de la vida terrena.
“Pero en lo espiritual la razón humana no sólo es ciega y anda en tinieblas, sino que es en verdad la prostituta del diablo. Sólo es capaz de blasfemar y de deshonrar cuanto Dios ha dicho o ha hecho”
El desprecio de Lutero por la razón se conforma por lo demás a su doctrina general sobre la naturaleza humana y sobre el pecado original. El pecado ha viciado la esencia misma de nuestra naturaleza. Utilizar la razón en lo referente a la Fe es para Lutero un escándalo abominable.
“La razón se opone directamente a la fe, por lo cual hemos de dejarla en libertad; en los creyentes, debe ser muerta y sepultada”.
14) Con algo de razón podría buscarse en Lutero al menos parte del origen de estas dos grandes ideas típicas de la filosofía moderna: la idea del mal radical, que pasará a la filosofía alemana con Böhme, con Kant mismo, con Schelling, y la idea de la primacía de la voluntad (el hombre decide aceptar o rechazar la salvación), que se impondrá a la filosofía principalmente con Schopenhauer, como si el Pesimismo y el Voluntarismo fuesen metafísicamente los dos aspectos complementarios de un mismo pensamiento.
15) El conflicto esencialmente moderno dado entre el espíritu y la autoridad, entre el Evangelio y la Ley, entre el sujeto y el objeto, entre lo íntimo y lo trascendente, es un conflicto que pudo haber tenido parte de su origen en la experiencia protestante.

Algunos de estos puntos se asientan sobre la obra de Jacques Maritain. Loria deja a disponibilidad el link para mayor información y para que sea sometida a crítica la misma fuente:
http://www.humanismointegral.com/DOCS_5_Obras_Breves/1_FILOSOFO_FILOSOFIA/920_22_Lutero.htm

1 comentarios:

Clara Castillo dijo...

Hola! Quería invitarlos a visitarme en claratoctoc.blogspot.com
saludos

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